La Apicultura y Factores que Influyen en Producción, Calidad, Inocuidad y Comercio de la Miel es una publicación del Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria.
En De Mieles y Abejas siempre estamos en busca de información valiosa, las revisamos y consultamos para que te sean útiles.
Muy pronto esperamos poder conformar una biblioteca digital que te sirva todos los días.
La publicación
La publicación comprende 16 apartados:
- La abeja melífera – Clasificación – Morfología y fisiología
- Biología de la abeja melífera 10 Organización de la colmena
- Alimentación y floración
- Las abejas en la polinización
- Regulaciones para la tenencia de colmenas
- Los productos de la colmena – Composición y usos
- Miel de abejas
- Cera de abejas
- El polen
- El propóleos
- La jalea real
- Veneno de abejas
- Producción, calidad, inocuidad y comercio de la miel
- Manejo integral sanidad apícola – producción
- Manejo integrado para el control de las enfermedades
- Guía para la toma de muestras
Todos los capítulos tienen mucha información útil y a pesar del tiempo siguen vigentes.
Producción, calidad, inocuidad y comercio de la miel contiene lo siguiente:
A continuación se esbozan un conjunto de factores que interactúan para favorecer o perjudicar el resultado final del proceso productivo y la cadena de valores de la actividad apícola.
1. Capacitación: No es posible iniciar una empresa, aunque sea micro, sin un conocimiento mínimo que garantice la conducción del negocio.
Iniciarse en un proceso de producción apícola, aunque sea con cinco (5) colmenas, sin la capacitación requerida, es un boleto seguro hacia el fracaso.
2. Recursos naturales: Base alimentaria para las abejas que garantice disponibilidad de néctar, polen y agua, en cantidades tales que, como mínimo, permitan una cosecha no menor de 25 kg de miel por colmena al año.
La trashumancia siempre debe considerarse como la oportunidad de obtener mayores producciones.
3. Recursos materiales: Materiales fijos: instalaciones, maquinaria, apiarios…, duraderos más de un año y materiales circulantes: azúcar, cera (láminas), medicamentos (¿?) y otros que se consumen en el proceso productivo.
La carencia de alguno de los recursos imprescindibles puede llevar al fracaso del proceso, si no en el plano cuantitativo, sí en el cualitativo, al repercutir negativamente en los parámetros de calidad o haciendo que se pierda la inocuidad de los productos al propiciar la presencia de sustancias prohibidas y por tanto, dañinas para la salud de l@s consumidor@s.
4. Recursos humanos: La mano de obra y el personal técnico y administrativo deben recibir una capacitación suficiente.
Como se trata del trabajo con animales vivos y de una altísima sensibilidad en su relación con l@s productor@s y el entorno social, se debe lograr que, más que “mano de obra”, sean conscientes y por qué no, “enamorados” del trabajo que realizan.
5. Recursos financieros: Pueden ser propios o externos, aunque en un entorno de crecimiento a partir de principiantes de bajos recursos, casi siempre hay participación de apoyos iniciales que pueden consistir en recursos financieros y/o materiales tales como colmenas, elementos de colmenas o utillaje apícola.
6. Objetivo: Aunque existen diferentes variantes, la más favorable para iniciar un proyecto productivo es la producción de miel, continuando con las otras producciones (polen, propóleos) solo después de haber consolidado la primera.
Para quienes ya estén a este nivel, la diversificación puede ser una perspectiva prometedora.
7. Política: La política de la empresa deberá orientarse en una primera etapa al crecimiento horizontal (cantidad de colmenas), cuanto sea posible, y a continuación, teniendo en cuenta el ciclo de floraciones, crecer hacia arriba (número de cuerpos).
Según la Ley de Farrar, 10 colmenas a cuatro (4) cuerpos producen el doble de la cosecha que 20 a dos (2) cuerpos.
En general, debe basarse en las BUENAS PRÁCTICAS DE MANEJO.
8. Programa: En el programa se indican las actividades en secuencia y tiempo para desarrollar las líneas de producción elegidas.
Aunque se trate de cinco (5) colmenas, es necesaria una programación mínima de las actividades y previsión de eventos negativos.
9. Presupuesto: Como mismo se confecciona un programa de trabajo, es elemental presupuestar y luego controlar los gastos e ingresos, de manera que se puedan tener datos fidedignos de cómo marcha el proceso y poder tomar a tiempo las decisiones que más convenga.
10. Asociatividad: Hoy más que nunca, la asociación de l@s productor@s pueden considerarse un objetivo estratégico, de cara a los desafíos que representan los factores antrópicos que ante nuestros ojos “modifican” el medio ambiente en que se desarrolla la actividad apícola, las necesidades de capacitación, la gestión y canalización de apoyos, los requerimientos de comercialización y las elevadas exigencias del más atractivo, pero muy exigente mercado de exportación.
Realizando un símil con la familia apícola, un productor solitario es casi como un zángano que, al margen de la cooperación que sólo encuentra en la colonia, estaría condenado a sucumbir.
11. Marco legal: Al igual que las demás ganaderías, la apícola requiere de leyes y regulaciones que ordenen la actividad productiva y sanitaria; sin ello, imperan la anarquía, el descontrol y el alto riesgo epidemiológico.
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