La nosemosis tiene un agente causal es un protozoo llamado Nosema apis que afecta el aparato digestivo de reina, obreras y zánganos.
La espora de N. apis es ingerida con el alimento y destruye las células epiteliales encargadas de la digestión y asimilación, sin aprovechar el alimento ingerido.



Los efectos nocivos que provoca en la abeja son variados, ya que al destruir el epitelio asimilador del tracto digestivo existe:
- Menor digestión de las proteínas (polen).
- Disminución de las sustancias de reserva (energía).
- Reducción de la longevidad. Atrofia de las “glándulas hipofaríngeas”. Atrofia de las “ovariolas” en la reina hasta producir esterilidad (recambio frecuente).
- Parálisis anémica, ya que al no poder alimentarse adecuadamente no tiene fuerza para mover las alas y volar .
Además, debilita la colmena y disminuye la postura, afectando negativamente la producción debido:
- A la pérdida de abejas adultas a la salida del invierno y principios de primavera (las abejas no pueden alimentarse adecuadamente durante el invierno por lo que no almacenan reservas en su cuerpo).
- A un mayor gasto en la mantención de la colmena ya que la producción de miel se reduce hasta en un 25%, mientras que aumenta hasta en un 50% el consumo de miel durante la invernada.
- A la falta de producción de jalea real (no se incorporan proteínas por la atrofia de las glándulas hipofaríngeas) por lo que no se producen reinas ni larvas saludables.
Como el intestino se daña, cambia su apariencia, se ve blanquecino, hinchado, fláccido y deforme (el intestino de abejas sanas es de color verde-amarillento y turgente), síntomas que pueden usarse para elaborar un diagnóstico inicial cuando se revisan las colmenas.
La presencia de diarrea no es exclusiva de esta enfermedad, por lo que no es conveniente incorporarlo en el diagnóstico.
La alteración de los procesos de absorción y secreción por la destrucción celular a nivel de intestino, desencadena una serie de trastornos metabólicos de los cuales derivan los síntomas clínicos:
Muerte prematura de abejas.
- Incapacidad o escasa actividad de vuelo.
- Temblores de alas o espasmos causados por inanición.
- Desarrollo deficiente de glándulas.
- Aumento del consumo de alimento pero con digestión disminuida. En ocasiones, aumento de peso.
- Repleción de intestino y ampolla rectal.
- Compresión de sacos aéreos.
- Disminución de vida media de las abejas por disminución de reservas o desnutrición.
- Deficiente atención a la cría.
- Abejas solitarias volando en invierno .
- Desarrollo atrasado de la colonia, principalmente en primavera.
- Defecaciones continuas en un período avanzado de la enfermedad.
- Heces claras en bordes externos de las celdas, y de colores marrón claro y amarillo en la piquera (no es signo útil para diagnóstico).
- Debilitamiento general de la colmena .
Una serie de investigaciones demostraron que durante los meses de primavera existe mayor esporulación de N. apis. Teniendo en cuenta este comportamiento y luego de un análisis de laboratorio, se toma la decisión de utilizar productos químicos para su control.
¿Cómo evitar que se desarrollen?
Para evitar el desarrollo de esta enfermedad, se debe:
Desinfectar el material usado con ácido acético glacial 80%, utilizando 200 ml por 10000 L de agua.
Se ubican pilas de 6 o 7 alzas en una pieza cerrada y se dejan recipientes anchos y bajos o paños humedecidos con la solución de ácido acético para que se evapore.
Es obligatorio el uso de guantes y mascarilla ya que el ácido acético es corrosivo e irritante y puede dañar la piel.
La desinfección dura 7 días, y luego el material debe ventilarse durante 48 h
como mínimo antes de usarse.
• Cambiar 1/3 de los cuadros de la cámara de cría por año para disminuir la
contaminación interna.
- Evitar el exceso de humedad dentro de la colmena, así como en los lugares donde se tiene instalado el colmenar.
- Invernar con buena reserva de miel y polen.
- Tener colmenas con una población grande y estable durante todo el año.
- Realizar cambio de reina cada dos años.
- Realizar, por lo menos una vez al año (otoño o primavera), un muestreo de abejas del colmenar para su análisis en laboratorio. Este análisis consiste en realizar un macerado de los intestinos de las abejas muestreadas y un recuento de esporas al microscopio. Según ese recuento se deduce el grado de infección y la estrategia de control.
Fuente: Manual Apícola INDAP
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