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El control de la varroa

¿Cómo controlar la varroa?

VARROOSIS

La varroosis, también conocida como varroasis o varroatosis, es una enfermedad causada por el ácaro externo Varroa destructor A. (Anderson y Trueman, 2000) que afecta a las abejas obreras, reinas y zánganos (Bailey, 1981; Ritter, 2001).

Epizootiología

El ácaro fue descubierto por Edward Jacobson en 1904 en la isla de Java, en colonias de Apis cerana, y fue clasificado por A. C. Oudemans como Varroa jacobsoni Oud. En 1912 H. Buttel Reepen describió los diferentes estadios del ácaro en ninfas de zánganos.

En 1958 el ácaro fue detectado en Rusia y Japón, en 1960 en China, y de 1967 a 1982 se encontró en Europa y norte de África.

En 1971 Paraguay importó desde Japón abejas reinas y su corte infestadas con el parásito; este hecho dio lugar a la introducción y dispersión del ácaro por todo el continente americano.

En 1987 se reportó su presencia en Estados Unidos de América y en 1992 en México, específicamente en el estado de Veracruz. Actualmente el ácaro está disperso en todo el país.

Importancia

La enfermedad afecta la rentabilidad de las explotaciones y la calidad de los productos de la colmena.

Una colonia infestada llega a producir hasta 65% menos miel en comparación con una colmena sana (Arechavaleta-Velasco y Guzmán-Novoa, 2000). Entre los daños ocasionados por la varroosis están los siguientes:

Una abeja infestada vive la mitad del tiempo que una abeja sana de bido a la reducción del contenido de proteína en la hemolinfa.

La disminución llega a ser de 22 a 50%, dependiendo si la abeja está infestada por uno o dos ácaros [SAGARPA (s/f); De Jong, 1997; Ritter, 2001].

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Cuando el grado de infestación en la cría es elevado, las abejas presentan deformaciones en alas, patas, tórax o abdomen [Bailey, 1981; SAGARPA (s/f); De Jong, 1997; Ritter, 2001].

La presencia del ácaro en la colmena ha sido asociada con el desarrollo de enfermedades bacterianas (Glinski y Jarosz, 1992; De Rycke et al., 2002; Kanabar et al., 2004), virales (Ball y Allen, 1988; Chen et al., 2004; Santillan y Ball, 2007), al colapso y baja población de las colonias de abejas (Guzmán-Novoa et al., 2009).

Contaminación de los productos de la colonia debido al mal manejo de los productos químicos utilizados para controlar al ácaro (Faucon y Flamiini, 1990; Wallner, 1999; Slabezki et al., 1991).

Desarrollo de poblaciones de ácaros resistentes a los ingredientes activos debido al uso constante del mismo producto químico (Rodríguez-Dehaibes et al., 2005; Arechavaleta-Velasco et al., 2007a; Rodríguez-Dehaibes et al., 2007; Arechavaleta-Velasco et al., 2009).

TRATAMIENTO

Métodos de tratamiento

Para el control del ácaro se pueden utilizar métodos químicos, biológicos y alternativos.

Químicos

Los productos químicos para tratar a las colmenas deben contar con el registro de la SAGARPA y aplicarse de acuerdo con las indicaciones del fabricante. Entre ellos están flumetrina y el fluvalinato elaborados a base de piretroides. No obstante que estos dos productos son efectivos para el control del ácaro y son de fácil aplicación, no son compatibles con la apicultura orgánica (Wallner, 1999).

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Biológicos

Este método consiste en aprovechar la atracción química del ácaro por las larvas de zángano. En este caso el apicultor debe colocar en el interior de las colmenas un bastidor que contenga cera estampada para cría de zánganos en los periodos de flujo de néctar; las obreras construirán la cera y la reina pondrá los huevos que dan origen a zánganos.

Se recomienda solo introducir un bastidor para no limitar el espacio para la cría de obreras. Con un peine desoperculador se retira a la cría de su celda y se coloca el panal bajo el chorro del agua para sacrificarla. Las larvas de zánganos se deben incinerar, enterrar o utilizarlas como alimento de aves. Esta actividad se realiza lejos del apiario, para evitar una posible reinfestación (Verde, 2001).

Alternativos

Existen otras sustancias utilizadas para el control del ácaro conocidas como productos alternativos entre los que se encuentran los ácidos orgánicos (ácido fórmico, láctico y oxálico) además de los aceites esenciales como el timol. Estos productos son de menor costo en comparación con los tratamientos químicos, son compatibles con la apicultura orgánica y el riesgo de contaminar la miel es menor, ya que estas sustancias se encuentran en pequeñas cantidades en la miel en forma natural (Ritter, 2001; Medina y May, 2005).

Ácido fórmico.

El ácido fórmico es un compuesto orgánico presente en la naturaleza, en la toxina que producen las hormigas y también como componente natural de la miel de las abejas (Ritter, 2001).

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Es una sustancia muy volátil, por lo que sus residuos se evaporan en poco tiempo, por lo tanto no se considera como un contaminante (Wallner, 1999; Ritter, 2001; Medina y May, 2005).

Para su aplicación es importante considerar la temperatura ambiental: si esta es demasiado baja, el ácido se evapora muy lentamente reduciendo su eficacia; por el contrario, cuando las temperaturas son elevadas (Ritter, 2001).

Timol.

El timol es un aceite esencial natural extraído del tomillo que ha sido utilizado en la apicultura desde hace muchos años, principalmente en el control de la acariosis, que es una parasitosis causada por el ácaro traqueal Acarapis woodi (Imdorf et al., 1999).

Presenta una eficacia de 66 a 98% dependiendo de la forma de aplicación, ya sea en cristales, liquido o en gel (Calderone, 1999).

En el mercado existen dos productos comerciales autorizados por la SAGARPA, uno en presentación líquida y otro en gel, que se aplican de acuerdo con las recomendaciones contenidas en la etiqueta.

Acido oxálico.

El ácido oxálico es un compuesto químico presente en algunas frutas, plantas y en la miel. Tres aplicaciones de una mezcla con agua y azúcar ha demostrado una eficacia de hasta un 95 % (Mutinelli et al., 1997).

Es importante la coordinación entre apicultores y técnicos de determinada zona para la aplicación de tratamientos (productos y fechas) simultáneos en todos los apiarios. De esta manera se evita la reinfestación en poco tiempo por la existencia de apiarios cercanos no tratados