TERMORREGULACIÓN
En esta ocasión les quiero recomendar una publicación que habla del tema de la termorregulación que realizan las abejas dentro de la colmena.
Recuerden que la temperatura es un elemento importante en el desarrollo de nuestras colmenas ya que en casos extremos puede ocasionar enjambrazón o muerte de las abejas.
La temperatura óptima se sitúa en torno a los 35 ºC Esta temperatura sufre mayores fluctuaciones a medida que nos alejamos de la zona central de cría. No en vano, es la cría durante su desarrollo la que necesita mayor estabilidad.
Tenemos que recordar que el mantenimiento de la temperatura interior de la colmena es necesario tanto para evitar el exceso de calor como para impedir las bajas temperaturas.
No olvidemos que la temperatura de fusión de la cera se encuentra alrededor de los 65 ºC y si la temperatura en el panal sube por encima de este límite, la cera puede llegar a fundirse, y en algunos casos bloquea la piquera, provocando la asfixia de las abejas.
Por el contrario, si en el interior de la colmena hace demasiado frío, aparte de verse afectada la actividad de las abejas adultas (una obrera queda paralizada si la temperatura desciende de los 8 ºC), los mayores problemas inciden sobre la cría, ralentizando su desarrollo, apareciendo enfermedades, etc. De hecho, muchas veces las obreras han de optar por dedicar su mayor atención sobre parte de la cría (la más centrada), desatendiendo los márgenes de los panales, y no es raro encontrar colmenas débiles en las que las abejas a punto de salir de sus celdillas han muerto de frío porque las obreras han concentrado su calor en el centro de la colmena.
Asimismo, recientes estudios han demostrado que el exceso de frío durante la etapa larvaria hace que las abejas tengan una menor capacidad de aprendizaje y menos memoria a corto plazo; por ejemplo es ese tipo de memoria en la que se almacena la información sobre la localización de las flores durante el pecoreo.
Además, también se ve afectada la capacidad de comunicar el descubrimiento de néctar a otras abejas mediante la danza.
Como en cualquier sistema de termorregulación, son necesarios diferentes mecanismos para conseguir la estabilidad relativa de la temperatura: unos destinados al calentamiento y otros a enfriar.
Fuente: J.M.Flores Serrano, J.A. Jiménez Rebollo,F. Padilla Álvarez; Departamento de Zoología.
Universidad de Córdoba.