ACARIOSIS TRAQUEAL, enfermedad producida por distintas especies de ácaros, pero pertenecientes al mismo género, llamados Acarapis woodi, A. dorsalis, A. vagans y A. externus.

 ¿Qué es?

 

 

Enfermedad producida por distintas especies de ácaros, pero pertenecientes al mismo género, llamados Acarapis woodi, A. dorsalis, A. vagans y A. externus.

 

 

 

 

¿Cómo son?

 

 

Las hembras miden 170 µm y los machos 130 µm, aproximadamente. En ambos, la forma del cuerpo es oval, de color blanco perlado (Figura 18).

 

 

 

 

¿Dónde se encuentran?

 

 

Estos ácaros se pueden encontrar en el sistema respiratorio de cualquier abeja adulta, sea reina, obreras o zánganos, aunque parece mostrar predilección por éstos últimos. Se ha registrado su presencia en todos los continentes, a excepción de Oceanía.

 

 

 

 

¿Cómo atacan a las abejas?

 

 

Las hembras de este ácaro invaden el sistema respiratorio de la abeja adulta joven (de menos de 2 días de edad) a través del primer espiráculo torácico y oviponen en la tráquea 5 a 7 huevos, los que pasados 3-4 días eclosionan dando origen a larvas. Éstas comienzan a alimentarse de la hemolinfa (o sangre) de la abeja hasta alcanzar los estados de ninfa y adulto.

Los machos adultos tardan de 11 a 12 días en aparecer y las hembras entre 14 y 15 días.

Una vez que individuos de ambos sexos están presentes, llevan a cabo la cópula.

Las hembras fecundadas abandonan las abejas a través del primer espiráculo torácico, aferrándose a algún pelo del tórax.

 

El ácaro pasa de abeja a abeja cuando éstas entran en contacto o se rozan dentro de la colmena.

De la misma manera, se produce el contagio cuando las pecoreadoras se encuentran con abejas provenientes de colmenas afectadas en las plantas y en las fuentes de agua, durante las tareas de recolección.

 

 

 

 

 

 

 

¿Cómo ocurre la infestación?

 

 

Existen dos hipótesis acerca de por qué la infestación ocurre dentro de las primeras 24 a 48 horas de vida: la primera plantea que los pelos torácicos se endurecen e impiden la entrada del ácaro a los espiráculos; la segunda hipótesis dice que los espiráculos tienen un mecanismo de cierre que es más eficiente en las abejas de más edad, lo que impide que entre el ácaro a las tráqueas.

 

 

 

A pesar de haberse demostrado que la infestación por el ácaro no causa enfermedad aguda ni pérdidas devastadoras, la vida de las abejas puede acortarse, aunque sólo en unos pocos días, producto de la obstrucción mecánica de las vías respiratorias (por sí dañina), además de la absorción de hemolinfa.

 

 

 

Otros daños se producen con las lesiones de la tráquea, pues esto acarrea una degeneración de los músculos alares.

 

 

 

 

¿CÓMO les afecta esta infestación?

 

 

De esta forma, las abejas quedan tan debilitadas que resultan una presa fácil para contagiarse de otras enfermedades.

 

 

 

La producción de miel y la recolección de polen son igualmente reducidas.

 

 

 

Las colonias desarrollan infestaciones severas hacia fines de verano y mueren hacia fines de invierno.

 

 

 

La sintomatología de la acariosis interna no es específica.

 

 

 

 

¿Cómo puedo ver que las abejas están afectada?

 

 

No se observan síntomas externos de la infestación, sólo se ven alteraciones en la tráquea, como necrosis local, lo que lleva a su oscurecimiento (café a negro) y obstrucción.

 

 

 

El cuerpo de las abejas tiembla y se mueve de forma desordenada, con el abdomen más o menos distendido producto de la retención de los excrementos en la ampolla rectal.

 

 

 

Existe un estado de intoxicación general, debido a la difusión de las deyecciones y de la saliva de los parásitos en la hemolinfa, lo que puede generar diarreas.

 

 

 

Las alas pueden estar perpendiculares al cuerpo, caídas o dislocadas.

 

 

 

 

Importante

 

 

El insecto no tiene capacidad para volar, por lo que también podrá observarse una alfombra de abejas ante la piquera, arrastrándose por el suelo delante de la colmena y frotando el abdomen con las patas traseras.

 

 

 

Es posible realizar un diagnóstico clínico a través de la sintomatología pero siempre deberá ser confrmado por análisis de laboratorio.

 

 

 

 

Diagnóstico

 

 

Para el diagnóstico hay varios métodos, pero todos se basan en la extracción de las tráqueas y la observación de ellas al microscopio mediante tinción, para realizar un conteo de ácaros que indique el grado de infestación que presenta la colmena revisada.

 

 

 

La forma de transmisión más frecuente es el pillaje de colmenas sanas por parte de las parasitadas, por lo que es esencial mantener una vigilancia sanitaria adecuada para impedir derivas y zánganos errantes que van desde colmenas parasitadas a las sanas.

 

 

 

Se debe evitar la enjambrazón de las colmenas sospechosas. Como medida preventiva, se puede hacer un tratamiento acaricida al enjambre desnudo.

 

 

 

Si se ha detectado un foco incipiente, hay que separar una colmena de otra y alejarlas del suelo, poniéndolas sobre caballetes o armazones de madera, para que así las abejas que se arrastran no vuelvan a entrar en su colmena ni puedan ingresar a las ubicadas a su alrededor.

 

 

 

 

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